Así,
como ocurre con los ojos que se acostumbran,
ven en la oscuridad,
también
ocurre que el efecto la luz,
es tan fuerte y profunda,
que
deja su impronta, su halo de luminosidad.
Así
también uno reconoce el pase mágico de quien sabe,
y
produce una transformación.
Esa
luz de primera mano, me dejo en la piel del ser una señal.
Luego
cada encuentro, cada gesto, cada mirada de filo,
fue
sutilmente corriendo un delgado velo.
Catalizando
un proceso esperado, desconocido, necesario.
Como
una llave adecuada de arranque.
Un
rato nomás...
Y
la gratitud infinita.
Porque
sentir y ver tu intensidad,
me mostraron mi propia naturaleza.
Tomar
y hacer propio lo que tenía.
Así
como el abrazo que das.
Me
lo diste a mí, fue un regalo, que
aprendí y sentí para dar.
Delicada
red de gestos amorosos, solo porque pueden darse.
Libres
y plenos.
Eso,
para mi es Belleza y Amor.
Bondad
sin espera.
Tu
riqueza
me enriquece!