
Hay cosas que se encienden y deslumbran con la velocidad de la luz... es así, no traen medidas, son fulminantes, mágicas.
Vibran en uno hasta las fibras más profundas, y aún desconociendo, aparecen igual, esa intensidad..
Y de hecho se suceden unos choques de fondo, viscerales…
Y de tanto se consumen ahí mismo, el un instante de brasa total.
Y ahí nomás me estaba viendo, así como a lo bonzo…
En un intenso incendio silencioso…
Reconozco esa huella en mi…
Como una marca de fuego, se hundió en mi piel, y definitivamente me cambio.
Después, mis ojos acompañaron tus pasos, lentos, en una distancia natural.
Y vuelvo a mi sendero, siempre mis pasos, van más allá, también andar es mi naturaleza…
Y entre huellas y caminos, vamos cruzándonos.
Desde vaya a saber cuándo, reconociéndonos, reencontrándonos.
Surcándonos así, sin más, naturalmente.
3 comentarios:
Estas tus cosas tienen tanta delicadeza que parece una manta de seda con la que cubrirse... Muy bonito. Besos de buenas noches (en este Hemisferio).
una zarza ardiente,
y caminante...
me estás asustando!! :P
Si.
Hay personas predestinadas a encontrarse, separarse y reencontrarse eternamente.
Por algo será.
Besos.
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