Sentadita, a tu lado, te escucho, tu voz trae historias inconfundibles, trasmites paisajes, sensaciones, aromas. Sonreís, y casi escucho tu latir.
Sintiendo que siempre estabas tan cerca.
mientras nos queda la palabra, podemos acercarnos, desde lejos, y en las mas diversas distancias, para sumar, y compartir las soledades, y porque no, mezclarlas, y sentir que el mundo nos cabe en la palma de la mano
3 comentarios:
Saber escuchar es un don inmenso.
Casi nadie lo tiene.
Besos.
qué lindo! escuchar, embelesado, es una sensación agradibilísima.
Escuch-Arte... Ojo: Tu boca es vieja amiga mía (siempre me dice más)...
Besos
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