Pero la libertad no puede ser una inversión. La libertad es una aventura sin fin, en la cual arriesgamos nuestras vidas y mucho más, por unos momentos que no se pueden medir con palabras o pensamientos.
-No fue mi intención hablar como mercachifle al hacerle esa pregunta, don Juan. Lo que quiero saber es, ¿cuál podría ser la fuerza que impulse a un perfecto haragán como yo para que hiciera todo esto?
- La búsqueda de la libertad es la única fuerza que yo conozco. Libertad de volar en ese infinito. Libertad de disolverse, de elevarse, de ser como la llama de una vela, que aun al enfrentarse a la luz de un billón de estrellas permanece intacta, porque nunca pretendió ser más de lo que es: la llama de una vela.
Castaneda- El arte de ensoñar.
5 comentarios:
Está muy bien.
Dicho esto también te digo que solo conozco esclavos con mayor o menor rango.
Besos.
Libertad que perdemos con las ataduras que se nos imponen desde que nacemos, con la educación que recibimos. No somos libres, mi querida Gabriela, el hombre no sabe vivir en libertad, al menos en este sistema...
Besos
Libertad! gran deseo que ha movido y mueve las montañas más abruptas. Qué decir. Si el hombre no intuyera que es libre, aunque sea en apariencia, no se habrían hecho ni logrado grandes cosas.
Que pensamiento más sano el de Don Juan...
Queda mucho para leer entre lineas de esto, mas allá de lo genial explícito.
Que pensamiento más sano el de Don Juan...
Queda mucho para leer entre lineas de esto, mas allá de lo genial explícito.
Publicar un comentario