Miro, abstraída hacia la nada.
Trato en este silencio, de escucharme.
Mi corazón late cancinamente, sabe.
Sabe que suele estar ahí, es ese lugar sin retorno.
No importa, cuantas veces huya, cuantas veces me niegue,
en el fondo siempre vuelve esta rigurosa verdad,
de esta criatura que soy.
Ver, sentir así, me deja ya en este estado.
Y de la mas pura polaridad que me caracteriza.
El hielo y el fuego, me consumen en un breve pestañear.
Y nadie ve en mi el incendio… nadie mis cenizas…
1 comentario:
Te entiendo bien.
Me he sentido así muchas veces.
El poema es conmovedor.
Besos.
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