lunes, 18 de septiembre de 2017

Mar

Sentada frente a él
me dejo mecer por su melodía ancestral,
mientras ese movimiento trae la energía antigua
que renueva y revela misterio silencioso.
Disfruto,
percibo así en el ciclo una una genuina verdad.
Brilla.
El aire salobre cuenta la razón y el deseo del hombre por sumergirse,
pertenecer a esa fuente que es dinámica y avanza.
La gratitud me agita íntimamente,
la naturaleza proclive a las revelaciones de genio y espíritu.
Se agolpa por sentir;
por ser.

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

El mar es nuestra verdadera patria.
De allí vinimos.

Besos.

Ginebra dijo...

El mar, la mar... siempre una fuente de inspiración. El sonido y el paisaje atrapan, como lo hace el bosque y la montaña.
Somos parte de estos elementos físicos.
Besos