En el silencio crepuscular
un alboroto de zorzales
escarban la hojarasca buscando algún resto
mientras cae el frío nocturno.
leves sus aleteos parecen niños.
Otros niños.
Cada habitante del jardín manifestándose
susurros inaudibles.
Afinando la contemplación
el movimiento vital del mundo.
El aire es ya una danza.
5 comentarios:
La naturaleza jamás se detiene... segundo a segundo va modificándose.
La vida en todo su esplendor.
Besos.
Un cuadro con una melodía y armonía acompasadas.
Me ha gustado escuchar tu cuadro mientras lo he visualizado.
Saludos.
Habrá que danzar, para no perder la costumbre.
Saludos,
J.
Preciosa reflexión a partir de la observación de un jardín. Son sitios muy interesantes los jardines, la verdad.
Besos
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