jueves, 25 de julio de 2019

Oir el cuadro

En el silencio crepuscular 
un alboroto de zorzales 
escarban la hojarasca buscando algún resto
mientras cae el frío nocturno.
leves sus aleteos parecen niños.
Otros niños.
Cada habitante del jardín manifestándose
susurros inaudibles.


Afinando la contemplación 
el movimiento vital del mundo.
El aire es ya una danza.

5 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

La naturaleza jamás se detiene... segundo a segundo va modificándose.
La vida en todo su esplendor.

Besos.

Rosa Mª Villalta dijo...

Un cuadro con una melodía y armonía acompasadas.
Me ha gustado escuchar tu cuadro mientras lo he visualizado.

Saludos.

Gloria dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
José A. García dijo...

Habrá que danzar, para no perder la costumbre.

Saludos,

J.

Ginebra dijo...

Preciosa reflexión a partir de la observación de un jardín. Son sitios muy interesantes los jardines, la verdad.
Besos