domingo, 27 de enero de 2008

Oliverio, la primera va en tu honor

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A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mi me encanta la transmigración.

Mientras aquellos se pasan la vida colgados de una soga o pegando puñetazos sobre una mesa, yo me lo paso transmigrando de un cuerpo a otro, yo no me canso nunca de transmigrar.

Desde el amanecer, me instalo en algún eucalipto a respirar la briza de la mañana. Duermo una siesta mineral, dentro de la primera piedra que hallo en mi camino y antes de anochecer, ya estoy pensando noche y las chimeneas con el espíritu de un gato.

¡Qué delicia la de metamorfosearse en abejorro, la de sorber el polen de las rosas! ¡Qué voluptuosidad la de la tierra, la de sentirse penetrado de tubérculos, de raíces, de una vida latente que nos fecunda…y nos hace cosquillas!

Para apreciar el jamón ¿no es indispensable ser chancho? Quién no logre transformarse en caballo ¿podrá saborear el gusto de los valles y darse cuenta de lo que significa “tirar del carro”…

Poseer una virgen es muy distinto a experimentar las sensaciones de la virgen mientras la estamos poseyendo, y una cosa es mirar el mar desde la playa, y otra contemplarlo con ojos de cangrejo.

Por eso a mi me gusta meterme en las vidas ajenas, vivir todas sus secreciones, todas sus esperanzas, sus buenos y sus malos humores.

Por eso a mi me gusta rumiar la pampa y el crepúsculo personificado en una vaca, sentir gravitación y los ramajes con un cerebro de nuez o de castaña, arrodillarme en pleno campo, para cantarle, con una voz de sapo a las estrellas.

¡Ah, el encanto de haber sido camello, zanahoria, manzana, y la satisfacción de comprender, a fondo, la pereza de los remansos…y de los camaleones!...

¡Pensar que durante toda la existencia, la mayoría de los hombres no han sido no siquiera una mujer!....¿Cómo es posible que no se aburran de sus apetitos, de sus espasmos y que no necesiten experimentar, de vez en cuando, los de las cucarachas…los de las madreselvas?

Aunque me he puesto, muchas veces, un cerebro imbécil, jamás he comprendido que se pueda vivir eternamente, con un mismo esqueleto y un mismo sexo.

Cuando la vida es demasiado humana-¡únicamente humana! –el mecanismo de pensar -¿no resulta una enfermedad más larga y más aburrida que cualquier otra?

Yo, al menos tengo la certidumbre que no hubiera podido soportarla sin esa aptitud de evasión, que me permite trasladarme adonde yo no estoy: ser hormiga, jirafa, poner un huevo, y lo que es más importante aún, encontrarme conmigo mismo en el momento en que había olvidado, casi completamente mi propia existencia.

Oliverio Girondo-Espantapájaros-1932.

5 comentarios:

Unknown dijo...

uerida amiga Gaby

Espacio de Meditación dijo...

Hermosa iniciativa Gaby, de poner las poesías y los pensamientos que te surgen, y que son como la vida qque transcurre....muchos cariños. Gra.

Anónimo dijo...

Esto sin dudas es la mejor forma de expresar libremente lo que sentimos, especialmente si tenemos la oportunidad de ser escuchados sin juicio alguno de lo que pensamos, es eso, solo lo pensamos, opinamos y lo escribimos... un poco de inspiración y basta... muchos cariños... cuidate y gracia spor leerme

Anónimo dijo...

Esto sin dudas es la mejor forma de expresar libremente lo que sentimos, especialmente si tenemos la oportunidad de ser escuchados sin juicio alguno de lo que pensamos, es eso, solo lo pensamos, opinamos y lo escribimos... un poco de inspiración y basta... muchos cariños... cuidate y gracia spor leerme

NuNú dijo...

¡Qué lindo! Me gusta mucho el Girondo y cada vez que me encuentro con él por casualidad descubro una arista más que me gusta tanto o más que la anterior.

Sí, yo he sido madreselva, ojo azul de vaca, aire entre dos espacios llenos de aire...