Y así, sin darme cuenta llegué a su abrazo. Tenía la infundada teoría, que sería común, pero, su abrigo, me desarmo... Y en cuanto sentí su calidez, una fragilidad emergió desde mi profundo ser, ahí donde siempre soy ala y cobijo, fui ser para proteger. Me dejé rodear por sus brazos, y esta sensación tan deliciosa del abrazo, del encuentro, atemporal.
Cuánto cuesta a veces bajar la guardia, y dejarse querer...sentir la proximidad total del otro, desarmados, vulnerables, sensibles, fragantes. Un único campo de percepción emocional. Dejarse mimar un poco, en estos días de guerras y desatinos, vienen tan bien los abrazos de amor.
5 comentarios:
A mí me cuesta horrores.
Con lo fácil que debería ser...
Besos.
me gusta lo de "frangantes". y me gusta ese abrazo summertime. precioso. a veces hay que dejarse mimar, claro que sí.
Acurrucarse en los abrazos del ser amado, ovillarse como un gato, no tiene precio.
Un beso y también un abrazo:)
Exacto. A veces ya no queremos ver al amor tal y como es, y nos da terror dejarnos querer. Con lo bonito que es.
¡Muchos besos, cariño! Mucha luz para ti :D
Más vale tarde que nunca. Un poco de amor en tiempos de guerra...
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