En claroscuros,
hay que saberse ver,
en las sombras,
lo denso de lo oscuro,
misterio, temor.
Saberse ser
reconocer ahí
donde nadie sabe,
donde nadie ve.
La otra naturaleza que nos define.
mientras nos queda la palabra, podemos acercarnos, desde lejos, y en las mas diversas distancias, para sumar, y compartir las soledades, y porque no, mezclarlas, y sentir que el mundo nos cabe en la palma de la mano