Era una lucidez de quien no adivinaba más: sin esfuerzo, sabe.
Tan solo esto, sabe.
Que no le preguntaran qué, sólo podría responder de la misma manera infantil:
sin esfuerzo, se sabe.
C. Lispector.
mientras nos queda la palabra, podemos acercarnos, desde lejos, y en las mas diversas distancias, para sumar, y compartir las soledades, y porque no, mezclarlas, y sentir que el mundo nos cabe en la palma de la mano