Sentadita, a tu lado, te escucho, tu voz trae historias inconfundibles, trasmites paisajes, sensaciones, aromas. Sonreís, y casi escucho tu latir.
Sintiendo que siempre estabas tan cerca.
mientras nos queda la palabra, podemos acercarnos, desde lejos, y en las mas diversas distancias, para sumar, y compartir las soledades, y porque no, mezclarlas, y sentir que el mundo nos cabe en la palma de la mano