sábado, 30 de agosto de 2008

Cuerda


A veces parece que dentro mío hay una cuerda,

Esa que vibra con el mundo.

Esta muy profunda, pero algunas cosas llegan allí.

Y en mi comienza a resonar,

Dependiendo del arco, la presión, la mano,

El sonido surge de mí,

Y representa mi relación con el entorno.

A veces grave,

A veces aguda,

A veces mudo…

No puedo controlarlo, por suerte!

Mi sonido es libre.

Fluye original y auténtico.

Sé que estoy viva.

Que mi alma está comprometida,

Y las circunstancias la llevan a más.

Suelo cruzarme con gente,

que resuena conmigo.

Límpido. Diáfano.

De alto vuelo.

Mi alma encuentra sino.

Abre alas

Y eleva vuelo.

domingo, 24 de agosto de 2008

Don't give up

viernes, 22 de agosto de 2008

Desarma y sangra



Tu tiempo es un vidrio
tu amor un fakir, mi cuerpo una aguja
tu mente un tapiz.
Si las sanguijuelas no pueden herirte
no existe una escuela que enseñe a vivir.
El angel vigía descubre al ladrón
le corta las manos,
le quita la voz,
la gente se esconde
o apenas existe,
se olvida del hombre, se olvida de Dios.
Miro alrededor,
heridas que vienen, sospechas que van
y aquí estoy
pensando en el alma que piensa
y por pensar no es alma,
desarma y sangra.


jueves, 21 de agosto de 2008

Junto a tus pasos

Caminar juntos, suele tener esa delicia.

Encontrarnos domingo por la tarde, y salir a pasear…

Y recorrer las calles de adoquines,

entre las sombras y brillos, que pinta el sol.


Tenés esa virtud de despejarme

Más que la mente, el alma.

En tus ojos profundos y limpios,

me reflejo,

Me siento como una niña,

Libre.


Entonces el tiempo se detiene

y más allá de las tormentas

que la realidad se empeña en traerme,

me sacas airosa, como si pusieras alas,

sobre mi espalda.


Y cualquier palabra está de más,

te conozco.

Y de mi no hay nada que no presientas.

Y en este instante te guardo.


El sonido de tus pasos, tu sonora risa (que amo!)

El perfume del aire que te rodea,

Los gestos de tus manos.

Y al despedirte, todo queda en mi.

Mi fiesta es encontrarte.


Sé que cosas le pertenecen a mi alma.

domingo, 17 de agosto de 2008

Amarla es difícil

Es buena, cuando duerme;
el calor de su cuerpo es un puñal de vidrio
que remonta los sueños.

Cuando calla, es buena
y su voz una premonición olvidada y peligrosa
que arruina el silencio.

Cuando grita o llora
o se lamenta o se divierte o se cansa,
nada puede contener
este dolor alegre que envenena
mis sueños y mi soledad.
Por eso es difícil pensar
en ella, en su cara bondadosa;
abandonarse; por eso
es una cobardía retenerla
y dejarla ir, una pavorosa crueldad.
A veces, cuando lo pienso,
no sé qué hacer con ella,
con este destino luminoso.

Paco Urondo






Como necesitando esa fuerza,
apelo a la voz de Janis.
Hay días que debería dejarme incendiar....

miércoles, 13 de agosto de 2008





Invitación al abrazo.

Mientras regreso de trabajar, cae la tarde,

me gusta este momento particular que aún en la ciudad,

corta la vorágine

y dispone un toque de magia…

Hoy me he sorprendido especialmente,

desde la ternura, voy cruzando personas,

que se encuentran y se abrazan,

niños, adultos, amigos…

Intensamente.

Que gesto fantástico… donde pareciera

que el mundo es más pequeño,

y menos hostil, la tibieza, la proximidad, sentirse querido,

con el abrazo sincero.


martes, 5 de agosto de 2008

Tormenta




Luego del crepúsculo, la noche se tornó tormentosa, y un cambio se produjo con gran rapidez, se cerró, y todo quedó sumergido en una imagen espectral.
Relámpagos, y truenos, retumbaron en la soledad de la noche...
Para completar una tormenta interior.
En ese estado de presión y angustia que me encontraba, la imagen que me representaba externamente me puso blanco sobre negro.
Me encantan las tormentas.
Tan presentes.
Tan intensas.
Me vi en la tormenta.
De repente comprendí, que mi estado, de confusión, sobrepasada, era eso.
Una tormenta, y como quien se quita un velo de los ojos, pude apreciar mi momento.
Dejarme arreciar.
Y que la lluvia lavara mi cabeza, mi mente, mi alma.
Sacudirme después como hace un perro luego del baño...
Tomar las cosas en su real magnitud.
Y como renacida, amigarme conmigo, y con mi tormenta.