domingo, 14 de septiembre de 2014

Ver


Luz
 y un sinfín de posibilidades

viernes, 12 de septiembre de 2014

Fue

Domingo y el síndrome del desamor
ya sabes amanece y pienso en vos, 
tu presencia es tan total en mi.

mi único recurso es el silencio,
por mi, por vos...
profundo, mi emoción estalla,
mi corazón habla un idioma que nadie puede entender.

Fuera de foco,
fuera de los parámetros.
Plena la locura, eso es.
Ahí mismo estoy yo.

El sol, la brisa, mi aire, 
y el recuerdo que me atraviesa de tu propia respiración.

Estalla, me hace añicos la realidad, 
para que la quiero, esta que hay que respetar,
si me aleja de vos.
(me duele, me duele increíblemente,
me deja sin aire...)

Quiero mi mente en silencio. Ya!
quiero mi corazón aquietar,
que me de un respiro.
y a la vez no, 
no quiero perder este amor que me hace sentir viva.


quiero que todo el mundo se detenga en el último abrazo que te di.
en esa divina certeza de sentir tu cuerpo junto al mio.

lo demás ni cuenta.
ese instante eterno.
eso nada mas quiero.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Mujer lagarto

No es la mujer toro.

Tendría el corazón como la arena,
grande y redondo y con el sol adentro.
Sus cornadas serían mas que mortales.
Negra y hermosa, arráncale de súbito.
Los hombres te esperamos, extendida la espalda,
dispuestos a morir matándote, matándonos.

No es la mujer pájaro.

Descendería de la estrella al árbol,
desde el más alto verde a las ventanas.
Su canto sirve al corazón.
Nos lo llena de espacios y horizontes.
Blanca y dichosa, te esperamos siempre.
La tierra está muriéndose sin cantos.
¡Tus alas y tu voz! Álzanos. Llévanos.

No es la mujer pez.

Sus pechos son azules.
Zacuden los cabellos caracoles y algas.
Difícil es de ver. Pero de pronto, 
si asoma su mirada entre la espuma,
te clava el corazón y te lo lleva.
Necesita a veces morir, o en todo tiempo,
morir de amor bajo la mar. Acude.
La playa está sin sueño. Te esperamos.

Es la mujer lagarto.

Como una furia alerta.
Un letargo fingido.
Un calculado éxtasis.
Se yergue al sol.            Te mira.
Silva callada.                 Escucha.
Se acerca con sigilo.
Simula pena.                  Llanto.
Te besa fría.                Quieta.
Te hunde en el sueño.    Atiende.
Te denuncia.                 Resbala.
Agonizas de horror. 
Mueres de oscuridad.    Te resucita.
Se muda de camisa.        Se disloca.
Se exalta.                      Se despeina.
Se mete en los cabellos.
Se esconde en las axilas.
Se desliza en el vientre.
Se anida entre las ingles.
Te vacía las venas.
Te espectora la sangre.
Te devora la piel.
Te seca al sol.              Te yergue.
Siempre una furia alerta.
Un letargo fingido.
Un calculado éxtasis.
Es la mujer lagarto.       Siempre verde.
Puede ser negra.            Pero siempre es verde.
Anaranjada.                   Pero siempre es verde.
Azul.
          Gris.
                  Roja.            Pero siempre es verde.



Rafael Alberti