miércoles, 26 de agosto de 2009

Cuento

Amanecía y el cielo explotaba de colores anaranjados, amarillos y rosados. La playa aún estaba dormida, la blanca arena todavía estaba húmeda, el océano era extenso casi interminable…

Y ahí estaban, una mujer y un hombre, con una compañía, su hijo, en el día de su bautismo.

El padre toma una caracola, y se la da al niño.

-Escucha los sonidos, la marea, y así aprenderás a amar el agua.

La madre tomó una flor y se la dio.

-Huélela, absorbe su aroma-dice- y aprenderás a amar la tierra.

El también toma una jaula pequeña con un pájaro aleteando dentro y se la da...

-ábrela –dice el padre-puedes hacerlo.

El niño la abre y el ave vuela perdiéndose en el horizonte.

-Así aprenderás a amar el aire.

Y por último, la madre saca una pequeña botellita oscura.

-Quédatela, no la abras nunca; así aprenderás a amar el misterio.


Mi hijo, lo trajo de su clase de lengua...




2 comentarios:

Ginebra dijo...

Pués un diez para la profe de lengua, porque es precioso de verdad este texto y su mensaje... ¿tú hijo lo entendió y le gustó????
Besos

interpreta-sones dijo...

en esa clase de lengua hay talento, desde luego. parece un cuento de bucay!