Epitafio
Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín
2 comentarios:
genio! vivirá siempre, en sus versos.
Qué grande Gelman! Sus palabras son sublimes.
Me encantó tu espacio, me quedo por aquí.
Un abrazo grande!
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