lunes, 12 de mayo de 2014

Tenerte


Hagamos un experimento. Tome una piedra. 
Imagínese que representa el objeto al que usted se aferra.
 Enciérrela con su puño, bien apretado 
y extienda su brazo con la palma de la mano hacia el suelo. 
Si ahora abre el puño o afloja su presa, 
perderá aquello a lo que se aferra.  
Por eso lo está apretando.
Pero hay otra posibilidad:
puede usted soltar la piedra y aún así conservarla. 
Con el brazo todavía extendido, 
vuelva ahora la mano hacia arriba de forma que quede la palma hacia el cielo. 
Abra la mano, la piedra aún sigue en su mano. 
Ha dejado de aferrarse. 
La piedra sigue siendo suya, aún con todo ese espacio que la rodea.
Así pues, podemos disfrutar sin aferrarnos.

(Tenerte es así, sin tenerte....)

5 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Mejor así que de ninguna manera.
No?

Besos.

Darío dijo...

No sé por qué, pero yo pienso que nada puede tenerse, realmente, y eso me arrasa. Un abrazo.

raúl dijo...

es un ejemplo maravilloso, muy gráfico. me ha encantado.

Ginebra dijo...

Pienso lque eso es el amor de verdad: abrir la mano y conservar lo que se ama en libertad. Precioso,niña. Beso enorme

Espérame en Siberia dijo...

Qué maravillosa reflexión. Tan cierta, tan sencilla y complicada de ejecutar en la vida cotidiana.
Sobre todo cuando se trata de perdonar, ¿no?

Lo intentaré, lo prometo.


Te mando miles de besos y todo mi cariño, querida Gabriela. Que estés muy bien, que seas muy feliz :)