Como si hubiera amanecido águila,
me supe en vuelo, recreado y ligero, placer del cielo,
me supe también a la distancia con una sabiduría ancestral y libre,
sobrevolé mi sombra y también mi tiempo, no temí,
circulaba y aleteaba con certeza, en el disfrute real,
fui descendiendo y asimilando así el nuevo aire que me rodeaba,
lentamente,
adaptándome a las nuevas corrientes,
para fluir en cálidas y frescas tendencias,
sin perder mi genuino conocimiento de mi.
mi animal de poder se instalo,
siguió siendo mis alas.
5 comentarios:
Que tu vuelo sea hermoso Gabriela.
Besos.
vuela alto, vuela, más allá de las sombras, tocando el sol, con tus alas!
Me recordó a los indios norteamericanos cuando su espíritu se transforma en ave o en otro animal.
Volar libremente se un ejercicio necesario, aunque sea con la mente.
Besos
Maravilloso ardor en la sangre, imparable... Un abrazo.
Un texto con vuelo, literalmente.
Un abrazo.
HD
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