Frente a ti, me he develado,
sin medirme, he sido de verdad,
una criatura libre, me has contagiado,
sin expectativas, me he relajado,
y mi alma más profunda también se animó
asoma, y en mis ojos ya la has visto
no he dudado de la presencia de tus garras,
de tu poder, y tu fuerza, sobre mi,
sin embargo, he confiado,
he dejado mis mascaras,
así has logrado algo sin precedentes,
me he visto, como quien nace,
he perdido el miedo de mi,
sabiendo que mi garra no es menos feroz,
también la he amado,
como todo, lo mío he logrado este milagro,
la íntima desnudez frente a tus ojos,
mi esencia, que también había sido azul,
Tu sagrado vuelo,
hizo posible, mi profundo abismo.
2 comentarios:
Sólo el que está verdaderamente enamorado y confía en el otro es capaz de abandonar sus máscaras y de mostrarse como un recién nacido. Lo ideal es que todos y todas lo hiciésemos siempre así, pero la práctica nos dice que para evitar el dolor es mejor no mostrarse...
En fin, que me alegra esa "desnudez tuya" de la que se intuye un amor que explosiona.
Besos
Vibrando en esa desnudez todos los llamados acuden.
Un Abrazo.
Gracias.
Publicar un comentario