Aquel domingo era el día del niño. Marcela y Nora en clima festivo revoloteaban en síndrome mariposas. Risas y visitas.
Misterios regaleros.vestido de azul, más no principe.
Tres cajitas traía la abuela, que no se podían tocar.
Papeles multicolor a la luz del sol. Emoción y alegría suspendidas en la hora de la siesta.
Sorpresa y movimientos inesperados, corridas y mas tarde silencio con la puesta del sol.
El regalo prometido.
Un nuevo integrante y la apertura de las cajitas para tres, libros de cuentos y una hermana
2 comentarios:
Parece un mundo feliz.
Inmejorable.
Besos.
Buenos regalos portaban las cajitas de la abuela. Una sorpresa leerte en prosa. Besos
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