martes, 7 de mayo de 2013

Saber



Frente al árbol,
añoso, con su corteza herida,
el tiempo, el mundo,
en su profundidad intacto.
Su raíz lo sostiene como un bastión.
Lo nutre, lo equilibra,
brota verde, vital, sereno.
Desde mi parece que llega al cielo.
El sabe,
sabe unir los extremos
conoce su esencia.
Silencioso.
Sólo al viento susurra su saber.

Plácido, llega a mi.

4 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Me cambiaría por un árbol gigante y frondoso lejos de los humanos.

Besos.

raúl dijo...

te ha quedado antoniomachadiano total... magnífico!

Darío dijo...

El viento nos conoce, desde toda perspectiva, como si fuésemos árboles expuestos a su caricia o su furia. Un abrazo.

Ginebra dijo...

Después de los caballos, son los árboles los seres vivos que más amo, a veces por encima de las personas (no todas merecen ser queridas).
Me gustó tu homenaje al árbol.
Besos