Mañana fresca, clara. Salir al jardín, inhalar fragante, pasto recien cortado, correr a pies descalzos.
Subir despacio a la brillante hamaca, en rojo y verde.
Placer.
Nadie más que yo seguro podría hacerlo.
Acostadita en el piso de doble unión, mirar el cielo.
Así más mía la mañana. Vértigo de vaivén y dejar que la cabeza se apoye mientras se mueve.
Diversión íntima y total.
Dos movimientos, ya de pie, extender los brazos hasta el límite caño superior,
revoleo de piernas, traba de rodillas, y dejarse caer.
Mecerme.
Más vértigo cielo verde, piso de nubes.
Antiguo cambio de perspectiva.
2 comentarios:
Que envidia me has dado.
Ahora mismo te robaría esa hamaca...
Besos.
Creo que una de las claves de la felicidad consiste en tener vida interior y presupongo que tú la cultivas bastante:)
Besos
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