martes, 4 de marzo de 2008

Apacible


En esta tarde, casi otoñal, disfruto plácidamente, la tibieza de la luz tenue del crepúsculo,
ahora que ha dejado de llover, y si bien, parece que afuera la gente insiste con el terror,
la brutalidad y esa lata ultraviolenta; yo aquí en mi mundito...
me doy este regalo bien merecido,
y miro el cielo azul moteado de estrellitas...
mis ojos, suben y se mezclan allí, en el zenit.
Me queda en esta sensación tan placentera,
todo huele delicioso, con sonidos sutiles,
casi sordos...
Perfecto!
Me maravillo de mi naturaleza, y me zambullo en ella!!!
Y si mañana tiembla todo, quien me quita la bailado esta noche, con la luna.

4 comentarios:

interpreta-sones dijo...

ojalá algún día todos podamos zambullirnos como tú, compartiendo este mundito nuestro, hasta conseguir que el terror sólo sea un recuerdo lejano.

M dijo...

Que distintos somos los seres humanos.
Esa sensación yo la experimento en las mañanas. Los atardeceres son para mí casi terroríficos, esa luz que muere poco a poco... hasta que no es completamente de noche, la paz no vuelve a mí.

Besos.

Aloia dijo...

Celebro la placidez que relatas...incluso diría que la envidio, sí, la envidio definitivamente.
Gracias por tu visita y tus palabras Gabriela!

Gabriela dijo...

Gracias a ustedes...
Creo en la conciencia del presente.
Y sumar siempre a más!
Es mi trabajo.
La naturaleza tiene un equilibrio perfecto.
El hombre anda por sendas muy diversas,
buscando lo que tiene al final del brazo...