miércoles, 15 de abril de 2009


Observo, a través del vidrio del tren, lejos, los fresnos comenzando a otoñar, mientras por atrás cruza inestable la tormenta, gris, voluptuoso el cielo que va hacia el crepúsculo, y de último intento estival.
Vuelvo a mi y a mi libro, otro paisaje, otro observador.

Tal vez, mirando los mismos detalles. El mundo de los otros, en sus ojos, en sus suspiros. Cansados. Soñados. Tal vez pudiendo apostar algún inequívoco pensamiento. Ponerse en el zapato ajeno y presentir su mente, su sentir.
Pareciera que de este modo, observar es más fácil, volverse a ellos desde mi.
Y desde alli, ir taciturnamente hacia adentro, hibernar.
Más fácil, que salir.
La vida de los otros, sus risas, sus pasos. En otros libros.
Aprender observando.
Tal vez demasiado pasivo.
Es de alguna manera, mi forma de cosechar.
En estos días, que no hay en mi, ni siega, ni siembra.
Pausa.

Volverse ovillo.

Alejarme más, para poder ver bien, como a los fresnos... Bellos.

Enriquecer, cuando pareciera que todo va a ceder.

Calidad, sobre cantidad.

Y nunca dejarse de sorprender...


4 comentarios:

JESUS y ENCARNA dijo...

Buenas noches, Gabriela, aqui Primavera que empieza, alli Otoño..
Son las dos estaciones del año, que mas disfruto.
Preciosa foto de esos arboles otoñales.
Besos.
Jesus

M dijo...

A veces es necesario alejarse de los demas hacia uno mismo para poder verlos mejor, entenderlos y comprenderse a si mismo.

Ginebra dijo...

No había leído ésto y me gustó. Alejarme más para poder ver mejor... es una idea a tener en cuenta. Besos

JESUS y ENCARNA dijo...

como un ovillito me gustaría a mi quedarme muchas veces...
Muakatons
Encarna