miércoles, 20 de febrero de 2008

EL DURMIENTE DEL VALLE

Un hoyo de verdor, por el que canta un río

enganchando, a lo loco, por la yerba, jirones

de plata; donde el sol de la montaña altiva

brilla: una vaguada que crece en musgo y luz.


Un soldado, sin casco y con la boca abierta,

bañada por el berro fresco y azul su nuca,

duerme, tendido, bajo las nubes, en la yerba,

pálido, en su lecho, sobre el que llueve el sol.


Con sus pies entre gladios duerme y sonríe como

sonríe un niño enfermo; sin duda está soñando:

Natura, acúnalo con calor: tiene frío.


Su nariz ya no late con el olor del campo;

duerme en el sol; su mano sobre el pecho tranquilo;

con dos boquetes rojos en el lado derecho.

Rimbaud.


3 comentarios:

M dijo...

Pequeños paraisos en grandes infiernos.

Toda muerte violenta es una ofensa contra la humanidad.

Gabriela dijo...

Es cierto!
Pero rescata la belleza, como la delgada línea roja...

M dijo...

Una maravillosa pelicula Gabriela.

Gustos comunes.

Por cierto otra pelicula de horror y terrible belleza: apocalipsys now de Coppola.

Un beso.